Hay miradas que son balas.
Hay ganas que matan.
Matarte de ganas.
Personas que enganchan.
Días que deberían ser eternos,
y eternos días.
Adicciones que cosen rotos,
y descosidos que no quieren curarse.
Cristales de bohemia corriendo como locos por piedras...
Sin pensar que romperse duele.
Domingos de lecciones,
y elecciones de domingos.
Besos a media tarde y ansias de protagonismo.
El baile de las líneas paralelas que hacen arder Troya cuando se tocan.
Manos cargadas de ganas que en orgasmos desembocan.
Y yo, la gilipollas de siempre,
que se coloca de más cuando no estás.
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